En la actualidad, la función del packaging no se trata simplemente de contener los productos en cajas de cartón. Representa un sistema complejo y coordinado para garantizar que los productos se trasladen de forma segura, económica y eficiente. Sin embargo, se le han atribuido cada vez más usos. ¡Aquí te contamos más!
Sabemos que el packaging debe proteger y conservar los productos desde que se producen hasta que llegan al consumidor final. Esta viene a ser su función básica.
Por otra parte la contención y agrupación, pasa a ser importante, ya que resulta mucho más eficiente trasladar varios productos al mismo tiempo, en lugar de hacerlo uno a uno.
La comunicación es también una función muy relevante, ya que es necesario comunicar lo que se vende. Por lo tanto, el packaging permite utilizar símbolos que sean entendidos universalmente. En la actualidad se ha llevado esta función un paso más adelante, al utilizarse códigos QR por ejemplo, convirtiéndolo en el llamado smart packaging. De esta forma se abren muchas más posibilidades en la comunicación del producto y de la marca.
La facilidad es una función cada vez más desarrollada, ya que con un packaging adecuado se utiliza menos espacio, por tanto esto permite el ahorro de costos de logística y envasado. Al mismo tiempo, es importante recalcar que el envase debe ser fácil de abrir y/o manipular. El packaging debe estar siempre del lado del consumidor y no al revés.
Por último, el marketing: sabemos que todo entra por la vista y que las experiencias de los consumidores se generan desde que tienen contacto con los productos. Sin ir más lejos, el unboxing es ya una práctica habitual entre los creadores de contenido y usuarios en redes sociales. La forma, el tamaño, el color y la apariencia del packaging son parte fundamental de la promoción de cualquier producto.