Claves para aplicar el neuromarketing en tu packaging
El packaging es un canal para transmitir o comunicar la identidad de marca, diferenciarse de la competencia y conectar emocionalmente con nuestro segmento. Aquí interviene el neuromarketing, la disciplina que se encarga de emocionar y conectar con el subconsciente del consumidor.
A través del diseño de los envases y las etiquetas se pueden aplicar técnicas de neuromarketing. A partir de elementos como la forma del packaging, el diseño o el tacto del material, los acabados y las tintas, el cliente interpreta la calidad del producto.
Te compartimos 10 claves del neuromarketing aplicado al packaging para el diseño de envases y etiquetas:
- El primer sentido que se estimula es la vista, por lo tanto el diseño tiene que convencer a simple vista y destacar por encima de productos similares.
- El cerebro interpreta mejor las líneas simples. Cuanto más familiares y sencillas sean las formas, mayor probabilidad de éxito. Esto no quita que la estrategia esté basada en la originalidad con un packaging que muestre un diseño innovador.
- El packaging debe comunicar el tipo de producto que contiene, pero también debe incitar al consumidor a descubrirlo a través de una dosis de misterio.
- El cerebro tiende a mejorar una imagen y su interpretación. A través de los recuerdos, incluir imágenes incompletas hace que el consumidor las perfeccione mejorando la percepción del producto.
- El cerebro prefiere las formas orgánicas, como las líneas curvas o redondeadas que se relacionan con las formas de la naturaleza.
- El uso de metáforas para el diseño de la caja favorece el recuerdo de la misma o de la marca.
- El uso del humor es memorable y se asocia con aspectos positivos.
- La posibilidad de reutilizar los envases y darles una segunda vida al packaging es un punto a favor.
- La psicología de los colores es fundamental, ya sea para atraer al consumidor o para comunicar la identidad de marca, sus valores y el mensaje correctamente.
- Otros elementos de estimulación son el material sobre el que se imprime el packaging, que puede ser un soporte ecológico o con textura, los acabados y las tintas especiales. Todo eso agrega valor al producto final revalorizándolo y mejorando la percepción del producto y por ende la marca.